Y bien, yo diría algo sobre esto: si somos artistas, somos -como tales-
responsables del mundo desde la perspectiva de la belleza. En todo el mundo,
en todas las realidades, desde la perspectiva de la belleza. Así como
un científico, en cambio será responsable del mundo desde la perspectiva
de la verdad; como alguno que ha creado en sí una imagen de Dios hombre,
de un Dios de la bondad, es responsable de todo el mundo desde la perspectiva
del bien y del aspecto social. Social, entendido tradicionalmente, digamos.
No sé si logro darles a entender lo que quiero que comprendan. Esto es
la dignidad total del arte. El artista entonces, no debe ser otra cosa, para
ser solidario con la humanidad o en la sociedad en la cual vive. Antes bien,
si cree que tiene que ser otro o hacer "otra cosa", debería
pensar que está frente a una tentación que lo impulsa a mirar
a otras cosas, que en realidad lo están llevando fuera de su responsabilidad.
El poeta, tiene que ser poeta también en el mundo. No sé si se
comprende la idea; este pensamiento
Si comienzo a pensar "ahora debo
ocuparme de otras cosas
" (para las cuales no tengo ni la gracia,
ni el talento) lo haré muy mal. Pienso en un actor francés, Ives
Montand. El, en un cierto momento era un gran actor, muy admirado y querido;
tenía una gran autoridad moral y política. Llegado a un cierto
punto creyó que tenía que hacer política y fue un error:
no hizo gran cosa como política. Mientras que como actor tenía
una gran autoridad moral y política, como político no anduvo bien.
No sé si este es un ejemplo que aquí en Argentina 2002 suena muy
bien
Hemos escuchado esta canciones de Yupanqui, evidentemente aquí la poesía
y la música tiene una fuerza moral y política muy fuerte, a tal
punto que él mismo dice en una de las canciones que hemos escuchado:
"algunos podrían sentirse contentos de que haya muerto". O
sea que representa, evidentemente, un gran peligro para las personas que detentan
el poder. Porque representaba un peligro? Ciertamente él no tenía
ningún 'poder', no tenía la Policía, no tenía en
sus manos a la Economía, creo que no tenía ni siquiera el Ministerio
de Educación.
Representaba un peligro que no tenía autoridad. Hay una enorme diferencia
entre el poder y la autoridad. Los artistas no son hombres y mujeres de poder,
pero son personas que si son en realidad personas-artistas, tienen una autoridad
enorme. No sólo en vida, sino que la conservan después de la muerte,
como los santos. (Es una de las razones que hace pensar a Chiara que el artista
es el que está más cercano al santo) Y después de siglos,
su autoridad continúa dando una línea a una sociedad, Por lo tanto,
creo que nosotros los artistas no debemos buscar el poder que no sabríamos
ejercer. Son otros los que saben hacerlo, a veces muy a pesar nuestro. Pero
estos otros, si lo hacen, como decía Foco, que lo deben hacer: como un
verdadero servicio a los hombres, es también -entonces- algo grande.
Pero no es ésta la tarea del artista. Creo que ellos tienen que hacer
sólo aquello que tienen que hacer. 'Ser' aquello que tienen que ser.
Los que tienen esta conciencia de que están llamados a un Dios belleza
-y en efecto, pienso que es una conciencia también que tienen en sus
sufrimientos- quizá porque son más sensibles que los demás.
Conciencia que sirve como una autoridad, como una posibilidad de que pueden
decir cosas importantes a la sociedad que los rodea.
Ahora les cuento sólo un pequeño 'fioretto' (un trozo, unas frases)
de Chiara que todos conocen quizás porque lo han escuchado o lo han contado
a otros, sobre la historia del movimiento: "Eran tiempos de guerra, todo
se derrumbaba. Pero por encima de este ruido de muerte, de guerra, ya que en
ciertos momentos ocurrían bombardeos, nosotros íbamos a los refugios
con un solo libro: el Evangelio. Leíamos el Evangelio a la luz de una
vela" ¿se acuerdan? "Leyendo estas palabras que hablaban de
amor se nos iluminaban y las poníamos en práctica de inmediato"
- Cómo? Y Chiara cuenta: "interesándonos en las personas
más débiles, las que más sufrían en ese momento.
Cuando veíamos a un pobre, lo buscábamos, tomábamos su
dirección, íbamos a visitarlo, a llevarle comida, ropa, remedios
Y se invitaba al focolar a estos pobres, y esos días se sentaban a la
mesa un pobre y una popa, un pobre y una popa, un pobre y una popa
Bien,
aquel día, cuando estaban los pobres, se usaba el mantel más lindo,
la vajilla más linda, era un banquete".
Esto para mí es extremadamente significativo, porque Chiara cuando lo
cuenta -y nosotros también lo contamos pensando que se trata de amor-
En italiano amar se dice "voler bene" o sea querer bien, hacer el
bien del que otro tiene necesidad
En cambio yo digo "voler bello", querer hermoso, porque existe una
cosa particular en esa invitación a almorzar a casa; porque es una cosa
totalmente 'inútil', quiero decir, no sirve para nada invitara comer
sólo para obtener proteínas.
Yo en aquellos años era muy pequeño pero ya trataba de vivir el
amor. Mi casa fue bombardeada y durante un tiempo nosotros íbamos en
familia a la olla popular porque no había nada y me lo recuerdo muy bien.
La olla popular es una cosa muy necesaria cuando falta todo. Es un deber de
la sociedad dar, ver que nadie se muera de hambre. Cuando la sociedad no lo
hace, existen persona empujadas por el amor de Dios que lo hacen: Madre Teresa
de Calcuta, o el Movimiento de San Egidio que lo hace normalmente en Roma y
que son amigos de Chiara.
Chiara invitaba a estos pobres a una fiesta. Y a mi parecer aquí existe
la diversidad de nuestro carisma con otras obras de Dios. Es decir que lo que
Chiara demostraba allí, no era tanto el Dios que hacía el bien
como el Dios belleza. -Cuál es la diversidad? Que el Dios belleza es
el Dios que te da lo que es absolutamente inútil, pero que es la única
cosa necesaria para el hombre.
Es decir: se da de comer al gato que tiene hambre, el hombre es necesario darle
dignidad. El hombre tiene hambre de ambas cosas: hambre de alimento y hambre
de dignidad.
Lo que Chiara ha hecho es darles dignidad a estas personas. Los acoge como huéspedes
importantes: he aquí la dimensión estética del carisma.
La dimensión estética de aquel amor que es Dios pero que también,
en aquel momento, era Dios Belleza. Dios es Amor. Dios es el Amor Hermoso. Yo
creo que si juzgamos cuánto hay de original, cuán importante es
este hecho, tendremos una sensación de gran plenitud en ser artistas,
de entrar en esta lógica, que no es tanto una revolución social
importantísima, que otros hacen muy bien y en cambio nosotros bastante
mal, porque creo que no es nuestra vocación.
Esta dimensión que yo llamo estética, sabiendo que no es muy justo
el término, pero que es Dios Belleza, idea que fue lanzada en los primerísimos
"fioretti", en los primeros meses de la historia del Movimiento. Chiara
siempre lo ha afirmado como característica del carisma de la Obra. El
22 de enero de 1955 era la fiesta de cumpleaños de Chiara, estaban sus
amigos más cercanos -seguramente estaba Vittorio- y aquel día
Chiara contó las cosas que había vivido en esos días y
tenemos la suerte de que exista la transcripción porque ya existía
en esos primeros momentos un grabador. Y allí Chiara explica que desde
hacía un tiempo, desde hacía algunos meses ella había pedido
a sus primeros compañeros, hombres y mujeres, que estudiaran, y explica
por qué: "Si no estudiamos, corremos el riesgo de convertirnos en
una especie de secta". Es necesario reproducir la frase exacta que decía:
"Se necesita el estudio para no encerrarnos en la ignorancia y creer que
sabemos todo". Entonces allí dice: "me ha vuelto a la mente
algo que se decía de San Francisco: que cuando los primeros fueron a
París a estudiar, San Francisco estaba preocupado y tuvo esta expresión
'París, París no destruyas Asís'. Es decir, que el estudio
no destruya la vida". Y Chiara decía: "nosotros no tenemos
este miedo: los estudios no destruirán la vida genuina, ya que se comienza
a estudiar en el momento en que estamos todavía en el comienzo de esta
vida". Y allí, decía, en el fondo, estaba justamente la vida
del carisma, la vida del Ideal de Piazza Capuccini (del focolar). Y en algún
modo correspondía al aporte personal de Chiara en todo el carisma, mientras
que ve que la dimensión del estudio era la parte del carisma que llevaba
Don Foresi y hacía otro parangón muy grande: el de la relación
trinitaria del que se ha hablado mucho en estos días.
Por lo tanto, se puede usar este parangón, esta vida genuina, este Ideal
de Piazza Capuccini. El aspecto que era más propio de Chiara correspondía
en la vida trinitaria al Padre, mientras que París -el estudio con Don
Foresi- correspondía al Verbo encarnado. Pero ella decía en el
'55 "Yo he comprendido en estos días que existe un tercer elemento,
que sería el Espíritu Santo: es otra ciudad: Hollywood".
Y ella habla de otro fundador: Foco. Y que es la dimensión de la belleza.
Ella decía que el designio de Foco hacía encarnar a Dios hasta
la vanidad. Y dice que pensaba en Hollywood como un símbolo, pensaba
aún más en este mundo absolutamente superficial y dice que él
encarna a Dios hasta la vanidad. Y si es así, dice, el Ideal llega al
punto de la perfección.
Ahora quiero hacer un pequeño paréntesis sobre la palabra vanidad.
La conocemos en la historia del Ideal. Se presenta en un momento clave: hubo
un bombardeo la noche que Chiara pasó en el parque Monte de Oro, el llanto
de Chiara, "todo vence el amor", y a la mañana siguiente la
familia decide descender de la montaña. No se puede vivir más
en Trento. Chiara acompaña a su familia hasta el puente, pone la mochila
sobre los hombros de la mamá y los deja ir. Ella vuelve atrás,
encuentra a esta mujer enloquecida "se me han muerto cuatro", Chiara
comprende que debe olvidar su propio dolor y tomar sobre sí el dolor
de los otros. Busca a sus compañeras. Encuentra a su hermano Gino que
era médico, trabajaba en el hospital donde había tenido lugar
un gran derrumbe, y la lleva a un pabellón donde encontraron, dice Chiara,
mujeres maquilladas, aún con sus joyas, era el pabellón de las
enfermedades venéreas y estas mujeres eran prostitutas. Entonces Gino
le dice a Chiara mostrándole este espectáculo tremendo: "Todo
es vanidad de vanidades". Es allí que la palabra vanidad entra en
nuestra historia y es una tremenda lección que Chiara resuelve pensando:
"Si todo es vanidad de vanidades, si todo pasa, existe Uno solo que no
pasa... entonces es necesario elegir a Dios. Dios sólo."
Esta es nuestra historia. Nuestra historia pasa a través de una palabra:
vanidad, que no es una palabra pequeña... Diez años después
Chiara usa de nuevo la misma palabra; no ha olvidado su sentido. Y dice que
"Foco encarna a Dios, al Paraíso, hasta la vanidad". En el
Paraíso del '49 hay una expresión similar donde dice "Jesús
Abandonado ha tomado sobre sí toda la vanidad para redimirla". Y
bien, llegamos aquí. La vanidad, Jesús Abandonado que la transforma
en el Paraíso, el designio de Foco que lo hace encarnar a Dios hasta
la vanidad, y entonces todo lo hecho con él, el Ideal está, alcanza
la perfección. Es decir, no tanto la vida de todos los tiempos, no tanto
la doctrina cuanto la encarnación del Paraíso hasta la vanidad.
Bien, y esto -dice Chiara- será una tercera fase de la ligada al designio
de Foco. Esto será mostrando al mundo la belleza de Dios. O sea, en la
vanidad, la vanidad que es belleza pero belleza vana, se encuentra todo Dios,
toda la belleza de Dios.
En tanto, esta es la vocación de la Obra, ésta es la característica
de la Obra, dice Chiara. Y yo digo: ¿quién lo puede hacer realidad,
si no los artistas? Toda la Obra está llamada a vivir la estética,
el amor bello, porque todos nosotros podemos proporcionar esta dimensión
de gratuidad, de inutilidad necesaria en todos los actos normales de la vida:
"que un almuerzo sea una fiesta". Y allí llega la importancia
de la vocación artística de la Obra. Es decir, la tercera fase
de movimiento que Chiara dice que ya ha comenzado. Lo anunció como comienzo
hace tres años en el encuentro en Roma. Pero, digamos la verdad, es más
profético que real. Depende de nosotros y depende de los artistas que
están en la Obra y de todos los artistas que si bien no estarán
en la estructura de la Obra pero que -como bien lo sabemos- podemos 'acompañar',
'secundar', en esta acción. Porque reconocerán que lo que proponemos
es justamente aquello que quieren hacer, lo que hacen ya.
Esta tercera fase depende de nosotros: es espléndido y también
una responsabilidad. Sin embargo, decíamos ayer, hablando de la vocación
artística, precisamente de la responsabilidad social, el artista es responsable
de su vocación. Ahora bien, cuando Dios llama, nos deja en libertad.
Por lo tanto uno puede decir que sí a esta llamada o no. Ciertamente
el amor de Dios para cada uno de nosotros nos quiere ver realizados, pero él
no puede hacerlo en lugar nuestro: es necesario que nosotros estemos verdaderamente,
libremente decididos a hacerlo.
Cada vocación, cada vida humana es muy difícil, pero puede darse
porque ha nacido una tercera fase de la humanidad por medio de la estética,
aquella del Espíritu Santo, o sea, de la creatividad de Dios.
Es más fácil ver un Dios que da reglas, buenísimas para
la vida social o que da una doctrina-verdad. Pero un Dios que es creativo es
muy incómodo y ser llamado a ser su cuerpo, su presencia en el mundo,
no es ciertamente una cosa fácil. Sin embargo, probablemente la humanidad,
para poder evolucionar, ser aquello que debe ser... necesita de los artistas.
Nosotros nos preguntamos muy a menudo ¿qué es este arte nuevo
que Chiara ha explicado?
Si ustedes quieren les digo mi pequeño pensamiento, mi opinión:
no creo que sea tanto un problema de individuos que se ponen o no a hacer cosas
juntos. Me parece muy poco para realizar una obra. Sí, porque no creo
que sea así. Yo creo que el arte nuevo corresponde a la necesidad de
la humanidad de hoy. Ayer Josefina ha contado de manera amplia esta necesidad.
Yo me refiero sólo a un aspecto que anuncié antes, que es el de
la globalización de la cultura.
Asistimos con tanto miedo, con tanto dolor y -ahora pienso- con un poco de rebelión,
a la globalización de la economía, y se habla mucho de esto. Existen
manifestaciones muy potentes por lo menos para mostrar los peligros de esta
globalización. En nuestro movimiento aquellos que se ocupan de esto,
que tienen más ese talento, creo que no piensan que se pueda evitar una
globalización económica. Tratan de comprender cuál puede
ser el modelo de otra globalización económica.
Y en cambio no se habla mucho de la globalización de la cultura. En mi
humilde opinión ésta es infinitamente más peligrosa, justamente
porque no se habla de la misma; no existe ninguna manifestación contra
la globalización de la cultura y la estamos viviendo "tranquilamente",
sin darnos cuenta en lo más mínimo que estamos viviendo una tragedia.
Justamente porque existe un empobrecimiento que -me parece- se está dando
rapidísimo. (Menos mal que los ecologistas nos hacen ver cuánto
se está perdiendo de la diversidad biológica.) No se habla, tanto,
me parece, de la pérdida de la vida cultural y de las enormes riquezas
que se están perdiendo precisamente porque se están volviendo
una mercadería recuperada por aquellos que tienen el poder y nivelada
de manera que pueda ser global.
Ayer a la tarde, al escuchar a Alejandra -y es algo que me toca también
a mí- me di cuenta que es algo que le conmueve como una cosa muy particular
de una región. En cambio yo tuve la impresión de una música,
por eso lo dije anoche, que podría ser para todos, porque era sí
muy personal, pero de calidad. Y bien, yo creo que no se puede evitar la globalización
de la cultura, porque en cierto sentido el pensamiento de Jesús nos dice
que en el futuro el mundo será uno. Pero si lo hacemos nosotros, será
uno en la diversidad. En cambio lo que se está produciendo, es "uno"
pero deformado. Hay una pérdida enorme.
Entonces, desearía darles este sentido de la dignidad de cada cosa que
ustedes hacen. Yo estoy convencido justamente de este arte global como un arte
que es capaz de comprender la cultura del otro y transmitirla también
a otros. Pero no reducirla a aquello que soy capaz de hacer, sino yo mismo ampliar
mi visión a esta nueva belleza y de esta manera hacerla apreciar también
por los demás.
Y bien, yo creo que el carisma tiene una cosa importantísima para hacer:
la unidad de las culturas. Pero la "unidad", esa verdadera, que reúne,
que pone en luz los valores de la cultura del otro completamente.
En la práctica, la santidad se mide por la cantidad y la calidad del
bien que ha hecho un santo: si ha sido heroico en lo que ha hecho, si en algún
momento ha hecho milagros que no se explican humanamente
Yo les digo mi
impresión acerca de esto. Así como a Chiara no le gustaba ver
a la Iglesia como una gran institución social, también a mí
esta manera de ver la santidad (que era tradicional en nuestra iglesia) me deja
una sensación de vacío, de dolor. Tengo la impresión que
se queda con la tercera parte de la santidad solamente. Es decir, la santidad
de las personas creadas a imagen de un Dios Bondad que se olvida completamente
la santidad de las personas creadas a imagen del Dios Verdad y de las creadas
a imagen del Dios Belleza.
En cambio estoy persuadido de que existe una santidad distinta, que no está
hecha de bien -más o menos heroico, más o menos generoso-. Yo
espero que algún día se reconozca esta dimensión de la
perfección de aquellos que siguen a Dios por el camino de la belleza.
Hasta ahora existen realmente pocos ejemplos. Hay uno interesante, pero que
no es de nuestra iglesia: se trata de André Dubloc de la iglesia rusa.
Es santo porque pintó aquella famosa "trinidad" que el Consejo
de la Iglesia Ortodoxa ha reconocido como una imagen bella, verdadera; un ícono
que representa a la "Trinidad". Y por esto André fue declarado
santo. Porque un pintor que crea una imagen a través de la cual se puede
encontrar a Dios, es santo. En este momento sé por una parte del arquitecto
Gaudí de Barcelona, y otro arquitecto de Yugoslavia, en Lubiana. Las
iglesias de Barcelona y de Lubiana están comenzando el trabajo para que
sean reconocidos como santos. Será difícil si se busca sólo
el bien que se ha hecho, ya que se piensa en ellos sobre todo por lo "bello"
que han hecho. Entonces, nuestra iglesia ¿logrará reconocer su
santidad por lo bello? ¿O considerará si han adoptado un niño,
por ejemplo, para poder santos?
Yo creo que nuestro testimonio colectivo -Chiara habla también de una
santidad típica del carisma, que es aquella de Jesús en medio-.
Entonces ¿cuál será la "prueba" de que hemos
realizado este arte nuevo? Si un día la iglesia puede reconocer esta
santidad nueva de la belleza. Esto es lo que yo creo. Es decir, que estamos
llamados, no sólo individualmente sino también como cuerpo, a
mostrar la belleza de Dios al mundo. Si lo hacemos, quiere decir que somos santos
de esta santidad colectiva; la santidad de Dios Belleza.
Y estoy seguro de que existirán también santos creados a imagen
de Dios Verdad; serán testigos de esta Verdad en cuanto a la ciencia,
el Dios de las matemáticas, además del de la filosofía.
Y existirá un testimonio de la Verdad, del Dios Verdad tal, que reconozca
esta santidad.
Ayer, para presentar el tema de Chiara en el Paraíso, Carlos citó
justamente este deseo de Chiara de que nazca una nueva devoción. Pero
es cierto que ella no da una plegaria pía, devota, sino la devoción
a la mente de Jesús. Bien, esta mente de Jesús es una mente llena
de la verdad y de la belleza de Dios. Esta mente de Jesús es nuestra
puerta que se abre a esta devoción a la mente artística de Jesús
Belleza. Y creo que existe en el mundo una santidad de la belleza. Y esta santidad
cuesta.
Si estamos llamados a la santidad de la belleza es lógico que existirá
el camino de esa santidad. Chiara nos ha dicho cuál es este camino: la
Via Mariae. Para nosotros es María, madre del Amor Hermoso. Es un camino
con muchas etapas, no todas fáciles, pero si las seguimos, nos volveremos
nosotros mismos. El santo no es un extraño, no es un monstruo. Es simplemente
un hombre, una mujer, realizados plenamente. Por eso, entonces, yo creo que
Van Gogh es un santo de la belleza porque pienso que es un hombre que ha pasado
todas estas etapas de la Via Mariae. Y, cuando entro en un museo donde hay alguna
obra de Van Gogh, antes de dejar la sala -que puede estar llena de obras muy
hermosas y en efecto tengo la seguridad de que se trata de obras muy hermosas-
me sucede siempre la misma experiencia. Es una sala oscura. Veo una obra de
Van Gogh y se ilumina. Si esto no es eucaristía, si no es santidad ¿qué
es?
En cuanto al consumo de la belleza, es un consumo que llega hasta consumir,
destruir toda belleza, a hacer de la belleza un objeto de consumo en un mercado,
antes bien una globalización de la belleza que es un neocolonialismo
de la belleza. Es decir, donde estoy echando a la calle
donde los ricos
culturalmente -aquellos que controlan el mercado de la belleza y de la cultura-
están robando toda la belleza del mundo, haciendo dinero, haciendo una
cultura unidimensional, bajo el pretexto de transformar el arte de hoy en arte
global, se empobrece todo el arte del mundo.