Charla informal de Michel Pochet
en la Casa Amarilla de O'Higgins, Argentina. 2002

Y bien, yo diría algo sobre esto: si somos artistas, somos -como tales- responsables del mundo desde la perspectiva de la belleza. En todo el mundo, en todas las realidades, desde la perspectiva de la belleza. Así como un científico, en cambio será responsable del mundo desde la perspectiva de la verdad; como alguno que ha creado en sí una imagen de Dios hombre, de un Dios de la bondad, es responsable de todo el mundo desde la perspectiva del bien y del aspecto social. Social, entendido tradicionalmente, digamos.
No sé si logro darles a entender lo que quiero que comprendan. Esto es la dignidad total del arte. El artista entonces, no debe ser otra cosa, para ser solidario con la humanidad o en la sociedad en la cual vive. Antes bien, si cree que tiene que ser otro o hacer "otra cosa", debería pensar que está frente a una tentación que lo impulsa a mirar a otras cosas, que en realidad lo están llevando fuera de su responsabilidad. El poeta, tiene que ser poeta también en el mundo. No sé si se comprende la idea; este pensamiento… Si comienzo a pensar "ahora debo ocuparme de otras cosas…" (para las cuales no tengo ni la gracia, ni el talento) lo haré muy mal. Pienso en un actor francés, Ives Montand. El, en un cierto momento era un gran actor, muy admirado y querido; tenía una gran autoridad moral y política. Llegado a un cierto punto creyó que tenía que hacer política y fue un error: no hizo gran cosa como política. Mientras que como actor tenía una gran autoridad moral y política, como político no anduvo bien. No sé si este es un ejemplo que aquí en Argentina 2002 suena muy bien…
Hemos escuchado esta canciones de Yupanqui, evidentemente aquí la poesía y la música tiene una fuerza moral y política muy fuerte, a tal punto que él mismo dice en una de las canciones que hemos escuchado: "algunos podrían sentirse contentos de que haya muerto". O sea que representa, evidentemente, un gran peligro para las personas que detentan el poder. Porque representaba un peligro? Ciertamente él no tenía ningún 'poder', no tenía la Policía, no tenía en sus manos a la Economía, creo que no tenía ni siquiera el Ministerio de Educación.
Representaba un peligro que no tenía autoridad. Hay una enorme diferencia entre el poder y la autoridad. Los artistas no son hombres y mujeres de poder, pero son personas que si son en realidad personas-artistas, tienen una autoridad enorme. No sólo en vida, sino que la conservan después de la muerte, como los santos. (Es una de las razones que hace pensar a Chiara que el artista es el que está más cercano al santo) Y después de siglos, su autoridad continúa dando una línea a una sociedad, Por lo tanto, creo que nosotros los artistas no debemos buscar el poder que no sabríamos ejercer. Son otros los que saben hacerlo, a veces muy a pesar nuestro. Pero estos otros, si lo hacen, como decía Foco, que lo deben hacer: como un verdadero servicio a los hombres, es también -entonces- algo grande.
Pero no es ésta la tarea del artista. Creo que ellos tienen que hacer sólo aquello que tienen que hacer. 'Ser' aquello que tienen que ser. Los que tienen esta conciencia de que están llamados a un Dios belleza -y en efecto, pienso que es una conciencia también que tienen en sus sufrimientos- quizá porque son más sensibles que los demás. Conciencia que sirve como una autoridad, como una posibilidad de que pueden decir cosas importantes a la sociedad que los rodea.
Ahora les cuento sólo un pequeño 'fioretto' (un trozo, unas frases) de Chiara que todos conocen quizás porque lo han escuchado o lo han contado a otros, sobre la historia del movimiento: "Eran tiempos de guerra, todo se derrumbaba. Pero por encima de este ruido de muerte, de guerra, ya que en ciertos momentos ocurrían bombardeos, nosotros íbamos a los refugios con un solo libro: el Evangelio. Leíamos el Evangelio a la luz de una vela" ¿se acuerdan? "Leyendo estas palabras que hablaban de amor se nos iluminaban y las poníamos en práctica de inmediato" - Cómo? Y Chiara cuenta: "interesándonos en las personas más débiles, las que más sufrían en ese momento. Cuando veíamos a un pobre, lo buscábamos, tomábamos su dirección, íbamos a visitarlo, a llevarle comida, ropa, remedios… Y se invitaba al focolar a estos pobres, y esos días se sentaban a la mesa un pobre y una popa, un pobre y una popa, un pobre y una popa… Bien, aquel día, cuando estaban los pobres, se usaba el mantel más lindo, la vajilla más linda, era un banquete".
Esto para mí es extremadamente significativo, porque Chiara cuando lo cuenta -y nosotros también lo contamos pensando que se trata de amor- En italiano amar se dice "voler bene" o sea querer bien, hacer el bien del que otro tiene necesidad…
En cambio yo digo "voler bello", querer hermoso, porque existe una cosa particular en esa invitación a almorzar a casa; porque es una cosa totalmente 'inútil', quiero decir, no sirve para nada invitara comer sólo para obtener proteínas.
Yo en aquellos años era muy pequeño pero ya trataba de vivir el amor. Mi casa fue bombardeada y durante un tiempo nosotros íbamos en familia a la olla popular porque no había nada y me lo recuerdo muy bien. La olla popular es una cosa muy necesaria cuando falta todo. Es un deber de la sociedad dar, ver que nadie se muera de hambre. Cuando la sociedad no lo hace, existen persona empujadas por el amor de Dios que lo hacen: Madre Teresa de Calcuta, o el Movimiento de San Egidio que lo hace normalmente en Roma y que son amigos de Chiara.
Chiara invitaba a estos pobres a una fiesta. Y a mi parecer aquí existe la diversidad de nuestro carisma con otras obras de Dios. Es decir que lo que Chiara demostraba allí, no era tanto el Dios que hacía el bien como el Dios belleza. -Cuál es la diversidad? Que el Dios belleza es el Dios que te da lo que es absolutamente inútil, pero que es la única cosa necesaria para el hombre.
Es decir: se da de comer al gato que tiene hambre, el hombre es necesario darle dignidad. El hombre tiene hambre de ambas cosas: hambre de alimento y hambre de dignidad.
Lo que Chiara ha hecho es darles dignidad a estas personas. Los acoge como huéspedes importantes: he aquí la dimensión estética del carisma. La dimensión estética de aquel amor que es Dios pero que también, en aquel momento, era Dios Belleza. Dios es Amor. Dios es el Amor Hermoso. Yo creo que si juzgamos cuánto hay de original, cuán importante es este hecho, tendremos una sensación de gran plenitud en ser artistas, de entrar en esta lógica, que no es tanto una revolución social importantísima, que otros hacen muy bien y en cambio nosotros bastante mal, porque creo que no es nuestra vocación.
Esta dimensión que yo llamo estética, sabiendo que no es muy justo el término, pero que es Dios Belleza, idea que fue lanzada en los primerísimos "fioretti", en los primeros meses de la historia del Movimiento. Chiara siempre lo ha afirmado como característica del carisma de la Obra. El 22 de enero de 1955 era la fiesta de cumpleaños de Chiara, estaban sus amigos más cercanos -seguramente estaba Vittorio- y aquel día Chiara contó las cosas que había vivido en esos días y tenemos la suerte de que exista la transcripción porque ya existía en esos primeros momentos un grabador. Y allí Chiara explica que desde hacía un tiempo, desde hacía algunos meses ella había pedido a sus primeros compañeros, hombres y mujeres, que estudiaran, y explica por qué: "Si no estudiamos, corremos el riesgo de convertirnos en una especie de secta". Es necesario reproducir la frase exacta que decía: "Se necesita el estudio para no encerrarnos en la ignorancia y creer que sabemos todo". Entonces allí dice: "me ha vuelto a la mente algo que se decía de San Francisco: que cuando los primeros fueron a París a estudiar, San Francisco estaba preocupado y tuvo esta expresión 'París, París no destruyas Asís'. Es decir, que el estudio no destruya la vida". Y Chiara decía: "nosotros no tenemos este miedo: los estudios no destruirán la vida genuina, ya que se comienza a estudiar en el momento en que estamos todavía en el comienzo de esta vida". Y allí, decía, en el fondo, estaba justamente la vida del carisma, la vida del Ideal de Piazza Capuccini (del focolar). Y en algún modo correspondía al aporte personal de Chiara en todo el carisma, mientras que ve que la dimensión del estudio era la parte del carisma que llevaba Don Foresi y hacía otro parangón muy grande: el de la relación trinitaria del que se ha hablado mucho en estos días.
Por lo tanto, se puede usar este parangón, esta vida genuina, este Ideal de Piazza Capuccini. El aspecto que era más propio de Chiara correspondía en la vida trinitaria al Padre, mientras que París -el estudio con Don Foresi- correspondía al Verbo encarnado. Pero ella decía en el '55 "Yo he comprendido en estos días que existe un tercer elemento, que sería el Espíritu Santo: es otra ciudad: Hollywood". Y ella habla de otro fundador: Foco. Y que es la dimensión de la belleza. Ella decía que el designio de Foco hacía encarnar a Dios hasta la vanidad. Y dice que pensaba en Hollywood como un símbolo, pensaba aún más en este mundo absolutamente superficial y dice que él encarna a Dios hasta la vanidad. Y si es así, dice, el Ideal llega al punto de la perfección.
Ahora quiero hacer un pequeño paréntesis sobre la palabra vanidad. La conocemos en la historia del Ideal. Se presenta en un momento clave: hubo un bombardeo la noche que Chiara pasó en el parque Monte de Oro, el llanto de Chiara, "todo vence el amor", y a la mañana siguiente la familia decide descender de la montaña. No se puede vivir más en Trento. Chiara acompaña a su familia hasta el puente, pone la mochila sobre los hombros de la mamá y los deja ir. Ella vuelve atrás, encuentra a esta mujer enloquecida "se me han muerto cuatro", Chiara comprende que debe olvidar su propio dolor y tomar sobre sí el dolor de los otros. Busca a sus compañeras. Encuentra a su hermano Gino que era médico, trabajaba en el hospital donde había tenido lugar un gran derrumbe, y la lleva a un pabellón donde encontraron, dice Chiara, mujeres maquilladas, aún con sus joyas, era el pabellón de las enfermedades venéreas y estas mujeres eran prostitutas. Entonces Gino le dice a Chiara mostrándole este espectáculo tremendo: "Todo es vanidad de vanidades". Es allí que la palabra vanidad entra en nuestra historia y es una tremenda lección que Chiara resuelve pensando: "Si todo es vanidad de vanidades, si todo pasa, existe Uno solo que no pasa... entonces es necesario elegir a Dios. Dios sólo."
Esta es nuestra historia. Nuestra historia pasa a través de una palabra: vanidad, que no es una palabra pequeña... Diez años después Chiara usa de nuevo la misma palabra; no ha olvidado su sentido. Y dice que "Foco encarna a Dios, al Paraíso, hasta la vanidad". En el Paraíso del '49 hay una expresión similar donde dice "Jesús Abandonado ha tomado sobre sí toda la vanidad para redimirla". Y bien, llegamos aquí. La vanidad, Jesús Abandonado que la transforma en el Paraíso, el designio de Foco que lo hace encarnar a Dios hasta la vanidad, y entonces todo lo hecho con él, el Ideal está, alcanza la perfección. Es decir, no tanto la vida de todos los tiempos, no tanto la doctrina cuanto la encarnación del Paraíso hasta la vanidad.
Bien, y esto -dice Chiara- será una tercera fase de la ligada al designio de Foco. Esto será mostrando al mundo la belleza de Dios. O sea, en la vanidad, la vanidad que es belleza pero belleza vana, se encuentra todo Dios, toda la belleza de Dios.
En tanto, esta es la vocación de la Obra, ésta es la característica de la Obra, dice Chiara. Y yo digo: ¿quién lo puede hacer realidad, si no los artistas? Toda la Obra está llamada a vivir la estética, el amor bello, porque todos nosotros podemos proporcionar esta dimensión de gratuidad, de inutilidad necesaria en todos los actos normales de la vida: "que un almuerzo sea una fiesta". Y allí llega la importancia de la vocación artística de la Obra. Es decir, la tercera fase de movimiento que Chiara dice que ya ha comenzado. Lo anunció como comienzo hace tres años en el encuentro en Roma. Pero, digamos la verdad, es más profético que real. Depende de nosotros y depende de los artistas que están en la Obra y de todos los artistas que si bien no estarán en la estructura de la Obra pero que -como bien lo sabemos- podemos 'acompañar', 'secundar', en esta acción. Porque reconocerán que lo que proponemos es justamente aquello que quieren hacer, lo que hacen ya.
Esta tercera fase depende de nosotros: es espléndido y también una responsabilidad. Sin embargo, decíamos ayer, hablando de la vocación artística, precisamente de la responsabilidad social, el artista es responsable de su vocación. Ahora bien, cuando Dios llama, nos deja en libertad. Por lo tanto uno puede decir que sí a esta llamada o no. Ciertamente el amor de Dios para cada uno de nosotros nos quiere ver realizados, pero él no puede hacerlo en lugar nuestro: es necesario que nosotros estemos verdaderamente, libremente decididos a hacerlo.
Cada vocación, cada vida humana es muy difícil, pero puede darse porque ha nacido una tercera fase de la humanidad por medio de la estética, aquella del Espíritu Santo, o sea, de la creatividad de Dios.
Es más fácil ver un Dios que da reglas, buenísimas para la vida social o que da una doctrina-verdad. Pero un Dios que es creativo es muy incómodo y ser llamado a ser su cuerpo, su presencia en el mundo, no es ciertamente una cosa fácil. Sin embargo, probablemente la humanidad, para poder evolucionar, ser aquello que debe ser... necesita de los artistas. Nosotros nos preguntamos muy a menudo ¿qué es este arte nuevo que Chiara ha explicado?
Si ustedes quieren les digo mi pequeño pensamiento, mi opinión: no creo que sea tanto un problema de individuos que se ponen o no a hacer cosas juntos. Me parece muy poco para realizar una obra. Sí, porque no creo que sea así. Yo creo que el arte nuevo corresponde a la necesidad de la humanidad de hoy. Ayer Josefina ha contado de manera amplia esta necesidad. Yo me refiero sólo a un aspecto que anuncié antes, que es el de la globalización de la cultura.
Asistimos con tanto miedo, con tanto dolor y -ahora pienso- con un poco de rebelión, a la globalización de la economía, y se habla mucho de esto. Existen manifestaciones muy potentes por lo menos para mostrar los peligros de esta globalización. En nuestro movimiento aquellos que se ocupan de esto, que tienen más ese talento, creo que no piensan que se pueda evitar una globalización económica. Tratan de comprender cuál puede ser el modelo de otra globalización económica.
Y en cambio no se habla mucho de la globalización de la cultura. En mi humilde opinión ésta es infinitamente más peligrosa, justamente porque no se habla de la misma; no existe ninguna manifestación contra la globalización de la cultura y la estamos viviendo "tranquilamente", sin darnos cuenta en lo más mínimo que estamos viviendo una tragedia. Justamente porque existe un empobrecimiento que -me parece- se está dando rapidísimo. (Menos mal que los ecologistas nos hacen ver cuánto se está perdiendo de la diversidad biológica.) No se habla, tanto, me parece, de la pérdida de la vida cultural y de las enormes riquezas que se están perdiendo precisamente porque se están volviendo una mercadería recuperada por aquellos que tienen el poder y nivelada de manera que pueda ser global.
Ayer a la tarde, al escuchar a Alejandra -y es algo que me toca también a mí- me di cuenta que es algo que le conmueve como una cosa muy particular de una región. En cambio yo tuve la impresión de una música, por eso lo dije anoche, que podría ser para todos, porque era sí muy personal, pero de calidad. Y bien, yo creo que no se puede evitar la globalización de la cultura, porque en cierto sentido el pensamiento de Jesús nos dice que en el futuro el mundo será uno. Pero si lo hacemos nosotros, será uno en la diversidad. En cambio lo que se está produciendo, es "uno" pero deformado. Hay una pérdida enorme.
Entonces, desearía darles este sentido de la dignidad de cada cosa que ustedes hacen. Yo estoy convencido justamente de este arte global como un arte que es capaz de comprender la cultura del otro y transmitirla también a otros. Pero no reducirla a aquello que soy capaz de hacer, sino yo mismo ampliar mi visión a esta nueva belleza y de esta manera hacerla apreciar también por los demás.
Y bien, yo creo que el carisma tiene una cosa importantísima para hacer: la unidad de las culturas. Pero la "unidad", esa verdadera, que reúne, que pone en luz los valores de la cultura del otro completamente.
En la práctica, la santidad se mide por la cantidad y la calidad del bien que ha hecho un santo: si ha sido heroico en lo que ha hecho, si en algún momento ha hecho milagros que no se explican humanamente… Yo les digo mi impresión acerca de esto. Así como a Chiara no le gustaba ver a la Iglesia como una gran institución social, también a mí esta manera de ver la santidad (que era tradicional en nuestra iglesia) me deja una sensación de vacío, de dolor. Tengo la impresión que se queda con la tercera parte de la santidad solamente. Es decir, la santidad de las personas creadas a imagen de un Dios Bondad que se olvida completamente la santidad de las personas creadas a imagen del Dios Verdad y de las creadas a imagen del Dios Belleza.
En cambio estoy persuadido de que existe una santidad distinta, que no está hecha de bien -más o menos heroico, más o menos generoso-. Yo espero que algún día se reconozca esta dimensión de la perfección de aquellos que siguen a Dios por el camino de la belleza. Hasta ahora existen realmente pocos ejemplos. Hay uno interesante, pero que no es de nuestra iglesia: se trata de André Dubloc de la iglesia rusa. Es santo porque pintó aquella famosa "trinidad" que el Consejo de la Iglesia Ortodoxa ha reconocido como una imagen bella, verdadera; un ícono que representa a la "Trinidad". Y por esto André fue declarado santo. Porque un pintor que crea una imagen a través de la cual se puede encontrar a Dios, es santo. En este momento sé por una parte del arquitecto Gaudí de Barcelona, y otro arquitecto de Yugoslavia, en Lubiana. Las iglesias de Barcelona y de Lubiana están comenzando el trabajo para que sean reconocidos como santos. Será difícil si se busca sólo el bien que se ha hecho, ya que se piensa en ellos sobre todo por lo "bello" que han hecho. Entonces, nuestra iglesia ¿logrará reconocer su santidad por lo bello? ¿O considerará si han adoptado un niño, por ejemplo, para poder santos?
Yo creo que nuestro testimonio colectivo -Chiara habla también de una santidad típica del carisma, que es aquella de Jesús en medio-. Entonces ¿cuál será la "prueba" de que hemos realizado este arte nuevo? Si un día la iglesia puede reconocer esta santidad nueva de la belleza. Esto es lo que yo creo. Es decir, que estamos llamados, no sólo individualmente sino también como cuerpo, a mostrar la belleza de Dios al mundo. Si lo hacemos, quiere decir que somos santos de esta santidad colectiva; la santidad de Dios Belleza.
Y estoy seguro de que existirán también santos creados a imagen de Dios Verdad; serán testigos de esta Verdad en cuanto a la ciencia, el Dios de las matemáticas, además del de la filosofía. Y existirá un testimonio de la Verdad, del Dios Verdad tal, que reconozca esta santidad.
Ayer, para presentar el tema de Chiara en el Paraíso, Carlos citó justamente este deseo de Chiara de que nazca una nueva devoción. Pero es cierto que ella no da una plegaria pía, devota, sino la devoción a la mente de Jesús. Bien, esta mente de Jesús es una mente llena de la verdad y de la belleza de Dios. Esta mente de Jesús es nuestra puerta que se abre a esta devoción a la mente artística de Jesús Belleza. Y creo que existe en el mundo una santidad de la belleza. Y esta santidad cuesta.
Si estamos llamados a la santidad de la belleza es lógico que existirá el camino de esa santidad. Chiara nos ha dicho cuál es este camino: la Via Mariae. Para nosotros es María, madre del Amor Hermoso. Es un camino con muchas etapas, no todas fáciles, pero si las seguimos, nos volveremos nosotros mismos. El santo no es un extraño, no es un monstruo. Es simplemente un hombre, una mujer, realizados plenamente. Por eso, entonces, yo creo que Van Gogh es un santo de la belleza porque pienso que es un hombre que ha pasado todas estas etapas de la Via Mariae. Y, cuando entro en un museo donde hay alguna obra de Van Gogh, antes de dejar la sala -que puede estar llena de obras muy hermosas y en efecto tengo la seguridad de que se trata de obras muy hermosas- me sucede siempre la misma experiencia. Es una sala oscura. Veo una obra de Van Gogh y se ilumina. Si esto no es eucaristía, si no es santidad ¿qué es?
En cuanto al consumo de la belleza, es un consumo que llega hasta consumir, destruir toda belleza, a hacer de la belleza un objeto de consumo en un mercado, antes bien una globalización de la belleza que es un neocolonialismo de la belleza. Es decir, donde estoy echando a la calle… donde los ricos culturalmente -aquellos que controlan el mercado de la belleza y de la cultura- están robando toda la belleza del mundo, haciendo dinero, haciendo una cultura unidimensional, bajo el pretexto de transformar el arte de hoy en arte global, se empobrece todo el arte del mundo.